Pulgas en el corazón
Pues eso, que desde este fin de semana ando con pulgas en el corazón. Será por las lluvias tardías de primavera. Esas que no esperábamos y han acabado llegando. Y con ellas, un caminar por la ciudad mojada, llena de encuentros fortuitos que a uno le tocan la maquinaria. Porque, lo que el ojo ve y el corazón desea, la cabeza lo niega; aunque ésta, haya prestado su genio para poder mirar a escondidas a una de esas islas divisadas en la ruta nocturna, sin saber si es promesa de refugio o fiero escollo lleno de arrecifes.
En fin, lo suyo es volar la imaginación, fantasear y creer que podrías llegar a decir algo estúpido para variar.
En fin, lo suyo es volar la imaginación, fantasear y creer que podrías llegar a decir algo estúpido para variar.
Aunque lo más seguro es que acabaras volviendo a casa pálido.
Anhelando una buena invasión británica para volverlo todo del revés y cumplir esos sueños contenidos tanto tiempo.
Comentarios