Homo Ludens (Hombre que juega)

La palabra juego puede ser que nos transporte a la infancia, y generalmente la mayor parte de la gente asocia el acto de jugar con los niños, pero, cuando les haces reflexionar se dan cuentan que no sólo los niños juegan; hay ancianos que juegan a las cartas, adultos que lo hacen con juegos sociales como el Pictionary, adolescentes queemplean una consola de última generación, etc....

Desde que el hombre tiene una civilización los juegos han existido. Han sido y serán un instrumento de esparcimiento, de relación social y de aprendizaje. Siempre me ha gustado considerar que el niño aprende jugando; cuando en sus juegos improvisados imita los comportamientos de sus padres, no hace sino aprender las actitudes básicas de relación que conforman la sociedad en la cual se desenvolverá. El niño que aprende las reglas de juegos previos, interioriza la necesidad de las mismas, el hecho necesario que para alcanzar unos objetivos se han de ciertas condiciones, cierto orden, y que no siempre uno puede imponer su criterio o voluntad sobre el resto sin con ello sin incurrir en trampa o engaño. Las trampas o las faltas que se cometen normalmente son penalizadas en el juego, pero el saber que existen, el conocerlas e incluso intentar romperlas, también forman parte del proceso del aprendizaje, encauzando al niño jugador a la improvisación y al diseño de nuevas estrategias.

Parece que esté alentando a mentir o engañar, considerandolo como algo bueno, nunca más lejos de mi intención. Lo que me interesa resaltar es el aspecto no del conflicto que surge cuando uno rompe las reglas, sino el hecho que a veces éstas por inflexibles y rígidas son "malas" y que es bueno buscar nuevas soluciones. Lo interesante es que esta traición al espíritu de las reglas que cometen los niños sea canalizada hacia un diálogo, en el cual se pacten unas nuevas reglas de juego satisfactorias para todos y por tanto se refuerze otro de los aspectos positivos del juego, la relación social.

Me gusta considerar que el niño que juega se forma socialmente y que el adulto que juega se "reforma socialmente", y lo hace porque estrecha vínculos, renueva amistades, compite,... en definitiva: se comunica. Incluso aquellos que juegan a una consola, acabaran comentando sus logros con coetáneos que compartan su mima experiencia, compartiendo trucos, soluciones y porque no, presumiendo de su buen hacer.

Aparte en el juego se potencian aspectos motores, si estos incluyen un aspecto físico; mejoran la capacidad de abstracción, la lógica, la capacidad oral, la memoria, los conocimientos adquiridos, el uso de idiomas, y ante todo fomentan uno de los mejores recursos del ser humano, la imaginación. Si esto lo unimos al placer que produce la diversión creo que estamos ante una de las actividades más enriquecedoras del ser humano.

Así que la próxima que alguien os recrimine que estáis jugando y que ya sois mayorcitos para eso, responded sin titubeo con gesto grave y serio: "No sólo juego, aprendo".

Comentarios

Entradas populares